THE DARK NIGHT: El Caballero de la Ética

Luego del reconocimiento al actor *Heath Ledger* con el premio Oscar de La Academia, creí interesante plasmar en una nota algunas reflexiones vinculadas a la película **El Caballero de la Noche**, el héroe de ciudad Gótica Batman y la breve existencia de este actor pasional y entregado sin reserva a la expresión sensible en cada papel que desempeñó, como un tributo a su legado.
Ciudad Gótica es una metrópoli que proyecta las contradicciones que se presentan en las ciudades en la vida moderna, en las cuales, a pesar del progreso tecnológico los individuos se sienten desolados en medio de una convivencia que asegura la existencia por medio de alimento, techo y vestido, pero encapsula cualquier expresión sentida del ser, por lo que se garantizan la satisfacción de funciones vitales, pero en una condición espiritual miserable. De ahí que ciudad Gótica se nos muestra como una ciudad oscura, caótica y sin referencias, en la que el crimen, la violencia y la hipocresía tomaron terreno tanto en la vida privada como en la pública. En este telón de fondo surge el héroe de la saga Batman, un hombre solitario, individualista, que después de superar la expectativa de progreso económico, decide desempeñar el rol de la defensa de lo que para él es la justicia, para ello adopta un carácter sombrío y subterráneo al margen de la ley, financiado por su fortuna, ocultando su rostro en un juego de máscaras sociales, incluso es un prófugo del sistema judicial convencional. El antihéroe El Guasón -su rival- es un ser entregado al mal, nos proyectan una infancia difícil, justificativo muy utilizado en la psicología “*”made in usa””* para fundamentar el partido de quienes optan por el crimen. Pero este Guasón despliega en su vida delictual un componente artístico, no es un criminal por el ánimo de enriquecerse, es decir, no es un delincuente de baja monta avaro y vanidoso; sino que disfruta, siente placer de ser lo que es. En un pasaje de la película El Guasón se dispone a quemar una pila de dinero delante de un criminal, y declara que él es un hombre de gustos sencillos, que los criminales de ciudad Gótica sólo lo son por dinero, pero que la ciudad se merece una mejor clase de criminales. El escéptico delincuente lo confronta y le dice que el Guasón decía ser un hombre de palabra, e inmediatamente, El Guasón enciende con fuego a millones de dólares apilados y le responde: “”Sólo voy a quemar la mitad que me corresponde”.
Existe un tercer personaje que moldea todo el film un joven, entusiasta y prometedor fiscal de distrito. Esta promesa para el ambiente político de la ciudad constituye la esperanza de la ilustración francesa, según la cual los ideales utópicos de libertad, igualdad y justicia, son posibles de alcanzar simultáneamente, porque existe una verdad única a la cual se accede a través del ejercicio de la razón (tomar conciencia), así se obtienen soluciones universales e inmutables en un estado de perfección idílico.
En las primeras escenas de la película ante una corte, el fiscal de distrito llega algo retrasado a una audiencia para plantear el caso a la juez y el jurado, sostiene una breve discusión con su prometida y compañera de trabajo y le pregunta si quiere ella exponer el caso, toma su moneda de la suerte, la lanza al aire, mientras la moneda vuela, su novia le recrimina dejar a la suerte algo tan importante, al resultar beneficiado con la opción del juego de cara o sello, el fiscal le responde: ““No dejo nada a la suerte, fabrico mi suerte””.
En una cena en que coinciden El fiscal con su prometida, quien resultó ser ex-novia de Batman, Bruce Wayne (Batman sin antifaz) y una bailarina rusa, el fiscal se explaya en la defensa de la justicia y que un ciudadano común como Batman asuma la defensa de la misma, le recuerda a acciones bárbaras acaecidas durante el Imperio Romano. De manera que Bruce lo estima como un hombre de nobles ideales y se gana su apoyo y simpatía, cree fervientemente que este joven idealista se traduce en la salida institucional como sociedad de ciudad Gótica, a la senda definitiva de justicia y paz ciudadana.
El Jefe de Policía de ciudad Gótica, el fiscal de distrito y Batman comienzan a trabajar en coordinación para intentar devolver el orden legal a la ciudad. Cuando la oposición entre Batman y El Guasón está en su apogeo, el fiscal declara que él es Batman, ya que El Guasón había condicionado su entrega a las autoridades a que el héroe de la ciudad revelara su identidad. Así el plan parece perfecto para la resolución de la trama principal, con la unión de las fuerzas del jefe de la Policía, Batman y el Fiscal, se consigue la captura del Guasón. Las cosas se complican insospechadamente, el fiscal y su novia son secuestrados por cómplices del Guasón y amarrados junto a explosivos para ser detonados por una llamada telefónica. La captura del Guasón por parte de la policía formaba parte de su plan macabro y Batman consigue entrevistarse con él en la sede de la policía.
Batman le pregunta al Guasón por qué quiere asesinarle, el Guasón le responde que no quiere asesinarlo, y El Guasón pasa a interrogar a Batman: ““¿Qué haría sin ti? ¿Robarle otra vez a los mafiosos?” Y concluye: ““Tú eres la otra parte de mí””. Batman le replica y le dice que es una basura que mata por dinero, el Guasón responde: ““No hables así, para ellos “la gente civilizada” eres un loco como yo, te necesitan ahora, pero cuando no te necesiten te van a hacer a un lado. Su moral, su código es un mal chiste, te olvidan en los problemas””; y cierra con una frase lapidaria que enmarca toda la moral moderna: *““SOLO SON TAN BUENOS COMO EL MUNDO SE LOS PERMITA””*; luego concluye con una frase de Dostoievski, “cuando haya dificultades todas estas personas civilizadas se comerán unos con otros”. Hace alusión a la comparación que hace el escritor ruso de los seres humanos y los reptiles. Acto seguido, Batman lo toma por la camisa y lo levanta de su silla, mientras el Guasón le dice: “”¿Tienes tantas reglas y crees que te salvarán?”
El plan del Guasón consistió en poner a sus dos rehenes, el fiscal y a su novia, en direcciones diferentes y accionar simultáneamente la detonación de explosivos que los aniquilasen. El plan resultó y sólo se salva el fiscal, la prometida del fiscal muere por la explosión.
El fiscal pierde todos sus valores y comienza a cobrar venganza contra todos los que participaron en el secuestro y asesinato de Rachel, en total mata a cinco (5) personas, dentro de las que figuraban dos policías. En la escena final el fiscal secuestra a la familia del jefe de policía, con revólver en mano apunta a la cabeza de un inocente niño rubio. Batman se presenta después de haber capturado al Guasón y entregarlo vivo a la policía. El fiscal desencajado lo interpela: “”¿Creíste que podíamos ser decentes en una era sin moral?””, la conclusión del fiscal es que el mundo es cruel y la única moral es el azar, visión muy extendida entre pesimistas y cínicos de nuestra época.
Sin pestañear el fiscal le dispara a Batman en el estómago, y lanza la moneda para decidir la vida del niño, Batman logra restablecerse, empuja al Fiscal y al niño sobre una cornisa, logrando retener al niño y entregarlo sano a su padre. En la acción el fiscal cae al vacío y muere. El jefe de Policía junto a su hijo salen a la calle, se aproximan a Batman y al cuerpo sin vida del fiscal. El jefe le dice a Batman que el Guasón ganó, que al conocerse los delitos cometidos por el funcionario modelo para conseguir la felicidad en la ciudad todos perderán la esperanza. Batman toma el rostro del Fiscal que sufrió quemaduras en su perfil izquierdo y oculta el lado horrible, con la piel quemada contra el suelo y deja el lado sano a la vista, se levanta y dice: “yo asesiné a las cinco (5) personas a quien mató el fiscal. Haz que me persigan porque a veces la verdad no es suficiente, la gente merece más para que su fe se vea recompensada”.
Se escuchan los perros que inician la persecución a Batman, el hijo sin entender lo que sucede le pregunta a su padre: “¿Por qué lo persiguen, no ha hecho nada malo?”, su padre le responde: “Hay que perseguirlo porque no es un héroe es un “caballero de la noche.”
Esta película remarca la situación sin salida que ahoga a la sociedad en un mundo de cálculo racional, los personajes que se enfrentan Batman y El Guasón son personajes éticos, es decir, sinceros con ellos mismos en el bien y en el mal, lo que hacen lo hacen porque deviene de su interior y se potencia a medida que se expresa en el exterior, ellos están claros y cómodos con los roles que han decido asumir, han erigido una moral privada con un sentido de placer y justicia propios, que en cada caso reporta satisfacciones a cada uno de los paladines, por eso son considerados como “locos”, por la gente civilizada, los calculadores profesionales.
La trama revela la catástrofe personal y social que conlleva adoptar valores provenientes de la ponderación lógica, como los asumidos por el fiscal. Este “**Golden Boy**”, con una carrera prometedora, con ideas de justicia derivadas del Imperio Romano, pero que no provenían de sus entrañas sino de deducciones razonables, terminó triturado y demolido por una realidad adversa. Mientras que Batman y El Guasón permanecieron fieles a sus convicciones, que no dependen de la opinión de la mayoría sino de una espiritualidad que dimana de su voluntad más autónoma y sentida, el fiscal sucumbió, porque la existencia no es para pensar deductivamente, todos lo que sólo se basan en ello fracasan estrepitosamente, venimos a este mundo a sentir, lo que implica que venimos a amar, a odiar, a percibir e intentar elucidarnos -descubrirnos-.
Batman acepta los asesinatos que no cometió porque la sociedad no está aún preparada para asumir algo que él y el Guasón saben de primera mano, que los ideales generales, absolutos, universales e inmutables de la Revolución Francesa, a saber, libertad, igualdad y justicia, son inalcanzables como meta dorada, que la gente debe elegir y que con cada elección se pierden cosas y hay que asumir las pérdidas con entereza, que ya el mundo no necesita héroes que sean un decálogo de virtudes pensadas y de cristal, porque cuando se enfrentan a una realidad avasalladora, al no dimanar tales virtudes del ser existente que las enuncia se rompen en mil pedazos.
Porque estos personajes “locos -Batman y Guasón-” saben jugar el juego de máscaras, pero superan la necesidad de representación y consiguen conectarse íntimamente y reflejar una seguridad que tiene como fundamento su identidad, llegaron a saber quiénes son. De allí que Batman anuncie: “fui yo el que mató a las cinco (5) personas”, que me persigan puedo soportarlo, pero la sociedad no está preparada para abandonar el juego de hipocresías, la sociedad sigue requiriendo de “héroes”, personajes que asuman la perfección en todos los roles de la vida, para no llegar a ser verdaderamente audaces en nada, estos caballeros blancos como el fiscal se parten en la adversidad, tanto Batman como el Guasón son “Caballeros de la Noche, Caballeros de la Ética”.
@pidraconaletas

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